martes, 22 de noviembre de 2011

SUQUET DE L'ALMIRALL.

 Suquet de l'almirall.


Si Cerdá transformo el corazón de Barcelona, Bohigas fue uno de los impulsores de la renovación y lavada de imagen de la Barceloneta alargando este barrio popular y casándolo con el barrio más joven de la ciudad la Vila Olímpica, esa operación de cirugía estética y reconstructiva hizo que aquellos chiringuitos anclados en plena arena, que formaban parte de la popular y festiva tradición barcelonesa de cocina marinera y de bajar a la barceloneta para tomar paellas, suquets y mariscos desaparecieran y obligaron a muchos de esos entrañables locales a buscar refugio en pleno asfalto, El Suquet de l'Almirall es uno de estos locales.  El antiguo “Suquet de l´Almirall” estaba situado en la calle del almirante Aixada, su dueño era el señor Joaquim Marqués, padre del actual Quim Marqués que tan dignamente renovó y actualizo este local. Situado en otra avenida, la del almirante D. Juan de Borbón, frente al Viejo Puerto, Quim Marqués abre este local donde se hallaban los antiguos astilleros Cardona, donde se construyeron las réplicas de las carabelas de Colón, y aún conserva algunos recuerdos de su anterior etapa.
Con un propósito bien definido Quim dignifica la herencia de su padre, actualizándola pero sin llegar a perder la esencia de esa cocina de antes, clave en su éxito y su ya dilatado recorrido, sin maniqueísmos ni barrocas elaboraciones, alejado de los mediáticos procesos culinarios de la llamada cocina de autor, Marqués mima el excelente producto y lo cocina con esa mano que parece tener D.O en la barceloneta, con ese espíritu de la cocina marinera.

Y esta es una de las varias razones por la que regresamos al Suquet de l'Almirall, dos años después y celebrando nuestro 30º encuentro; a las 14.00 y tras unos Izaguirres, en la terraza aprovechando un sol racano estos días, para engrasar las papilas degustativas y calentar el estomago para mimarlo en las próximas horas tomamos asiento en el interior del local Escorpi69, e_trasto, McQ y Mr57, sin olvidar a los ausentes que por diversos motivos no nos acompañan.
La liturgia de estos eventos empieza con los entrantes, escogemos democraticamente y repartimos los casi siempre excelentes platos que degustaremos acompañando nuestras perversas conversaciones, complots, chismorreos, sabotajes y dosis de humor de varios tipos, decantandonos por cierta acidez corrosiva entre la fina ironia y el cinismo más sangriento, cosa que no deja de ser de las cosas más humanas de las que nos pueden acusar o envidiar y por supuesto criticar, admitido y bien llevado. Nos decantamos hacia unas croquetas de pescado y marisco, deliciosas; un jamón de Salamanca perfectamente cortado y servido, excelente; unas anxoves de l'Escala, ese filete en salazón y aceite, únicas en el mundo mal que les pese a los de Santoña, finas y relucientes; para terminar con unos chipironcitos en su tinta acompañados de las míticas mongetes de Santa Pau esa legumbre que caprichosamente escogió producirse en la tierra volcánica de La Garrotxa, con un ligero pero en los cefalópodos, por un lado frescos y excelentes de sabor, mal lavados y un poco de arena en su interior... Abriendo cata y haciendo honor a los pescados escogemos un Terras Gauda, vino ya conocido por nosotros y que tiene la virtud de que nunca decepciona, sobra decir algo más sobre este renombrado y bien nacido Rías Baixas.
Dudando el arroz por el que decantarnos nos dejamos asesorar por la agradable camarera y es otro de los puntos funestos del evento, la elección del arroz bajara considerablemente la excelente reunión gastronómica de este mes. Con la ingesta de esos platillos las conversaciones van de Madrid a Barcelona, pasando por Málaga y hasta se hace referencia a Lloret y Badalona, elecciones del 20N, locos del bisturí, FetLife y otros mundos paralelos de la red. La paella de la barceloneta es nuestro plato fuerte, hoy esta paella tiene D.O, pero ya después de escoger comentamos que el arroz mejor si es caldoso... Paella de 3 para 4, perfecta ración, pescado fresco y sabroso, bien acompañado, pero el secreto de estos platos es sin duda la cocción del elemento más básico, el arroz, un punto pasado, más cercano a hormigón que a ese cereal tan rico y con tantas posibilidades que ofrece para ser cocinado... para guinda la segunda botella de vino, un Enate Chardonnay que solo complace a Escorpi69, para mi gusto ese resabor de madera ahumada me recuerda más a un whisky malo que a un vino, pero es lo que tiene el aventurarse en nuevos sabores.

Por unanimidad tomamos los postres en la terraza (sorbete de limón y macarinos de 4 sabores & Pedro Ximenez), para poder fumar, y alargar la sobremesa con orujos y maltas, Macallan con hielo.

17.45 pedimos cuenta tras repetir de maltas, orujos y cafés, 85 por barba, rozando la excelencia si no fuera por ese arroz y la macula de los chipirones; pero aconsejable dejarse caer por este local, eso si el arroz que sea el de la barca. En diciembre repetiremos en el de siempre, allí se fraguo lo que hoy llego a 30 y que como dijimos en el brindis : que podamos celebrar cada mes estos encuentros aunque no nos soportemos.

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